Los viajes
espaciales alimentan la fantasía de la gente desde que Julio Verne
escribiera su maravillosa novela “De la Tierra a la Luna”. Quizás
incluso antes de eso alguien soñaba con viajar de un planeta a otro como
quién sale de paseo un domingo. En esta nota quiero analizar dos
teorías conspirativas que, aunque no parezca, tienen que ver con la
ciencia y su desarrollo.
Nunca fuimos a la Luna
El 20 de
julio de 1969 Neil Armstrong dejaba la marca de su patita en la Luna y
pronunciaba su famosa frase sobre lo pequeño de su paso y lo importante
que era para la humanidad. Para decirlo en buen criollo, los americanos
se sacaban un grano del tujes, el que les había salido cuando la Unión
Soviética puso en órbita el Sputnik, primer satélite
artificial, más de 20 años antes. La carrera espacial había tenido un
pionero y un ganador, diferentes. No es un dato menor este de la
competencia por conquistar el espacio. Todo lo que se hizo fue pensando
en ganarle al enemigo y fue parte de la llamada Guerra Fría.
Justamente
por esto, hay un grupo de personas que afirman a quien quiera
escucharlos que todo fue mentira. Dicen que el viaje jamás existió, que
todo fue filmado en un estudio de televisión y que simplemente
utilizaron trucos para simular la menor gravedad, la falta de aire y el
ambiente general de nuestro satélite. Como “evidencia” presentan sombras
raras en las fotos que se tomaron en la Luna, cálculos de los lugares
donde estarían los reflectores que simulaban la luz solar, pequeños
desajustes en los movimientos que no coinciden con la gravedad lunar y
la falta de aire, los altos niveles de radiación que harían imposible
que los astronautas sobrevivieran…la lista es interminable. Cada uno de
estos argumentos fueron refutados por los científicos de la NASA.
Todas las
guerras, frías o calientes, producen un desarrollo acelerado de la
ciencia y la tecnología. No estoy diciendo que sean buenas, para nada.
Pero es obvio que el incentivo de producir armas o métodos de defensa
más efectivos hace que los científicos e ingenieros apuren el paso para
terminar las cosas lo antes posible. La carrera espacial nos dejó
muchos avances que hoy son cosa de todos los días para nosotros. Algunos
ejemplos son los anteojos con vidrios que no se rayan, la comida
congelada o deshidratada, la tecnología de absorción de impacto
utilizada en las zapatillas modernas, la tomografía computada y la
resonancia magnética (utilizadas para encontrar lugares apropiados para
el alunizaje) y las herramientas que utilizan baterías en lugar de
cables. Produjo además profundos avances en las técnicas de vuelo,
computadoras y telecomunicaciones. Si todo hubiera sido una mentira,
nada de esto se hubiera desarrollado. Además existe un argumento más que
obvio. Se estima que unas 400 mil personas participaron en el programa
Apollo de una u otra forma. Sería casi imposible que tanta cantidad de
gente guardara un secreto así durante años. Por otro lado, los
soviéticos espiaron todas las fases del programa. Ellos hubieran sido
los primeros en desenmascarar cualquier mínimo indicio de que los
norteamericanos mentían, simplemente por una cuestión de propaganda.
Todo esto hace muy poco creíble cualquier argumento conspirativo.
Fuimos…pero mejor no volvemos
La segunda
teoría conspirativa es todavía más loca que la primera. Para creer en
ella necesitamos, aparte de mucha imaginación, que la primera sea falsa.
Partimos entonces de la base de que el hombre sí llegó a la Luna y
luego tratamos de explicar por que el programa Apollo sólo llegó a la
misión número 17.
La idea de
llevar un hombre a la Luna fue expuesta por el presidente Kennedy en un
discurso al congreso en 1961. Ese desafío marcó de hecho el comienzo
del programa Apollo. Originalmente se planearon 20 misiones. Las
primeras fueron de reconocimiento, investigación de la superficie lunar y
pruebas generales. El Apollo 11 fue el que finamente cumplió el
objetivo de que dos astronautas (Neil Armstrong y Edwin “Buzz” Aldrin)
caminaran sobre el suelo lunar. El por qué de enviar misiones tripuladas
puede discutirse largamente. Siempre es más barato enviar un robot,
pero el impacto publicitario de un astronauta saludando desde la Luna es
inigualable.
Hubo dos
grandes contratiempos en el programa Apollo. El Apollo 1 sufrió un
incendio en la cabina que mató a la tripulación durante una prueba antes
de lanzamiento. El Apollo 13, como sabe cualquiera que haya visto la
peli, nunca llegó a la Luna y casi no puede volver. Una explosión dañó
los sistemas de navegación y de supervivencia, provocando que la
tripulación tuviera que refugiarse dentro del módulo lunar y calcular la
forma de regresar a la Tierra, todo gracias a la pericia de los
astronautas y el personal de tierra.
Oficialmente
las misiones 18, 19 y 20 se cancelaron por cortes presupuestarios. Sin
embargo, algunos piensan diferente. Existen muchos sitos de internet que
reproducen una fotografía de un objeto
en la superficie lunar que parece una nave extraterrestre. La foto es
de la misión Apollo 15 y, supuestamente, las misiones 19 y 20 en
realidad fueron llevadas a cabo con el objeto de estudiar esta nave.
Algunos van mas allá, diciendo que los astronautas trajeron a la Tierra
un cadáver extraterrestre (¿se parece mucho a la historia de Roswell o
es idea mía?)
El cine se
ha ocupado de este hecho. Existe una película llamada “Apollo 18”,
donde se muestran supuestas imágenes originales de esta misión que
oficialmente nunca existió. Más allá de la dudosa calidad de la
película, que es evidente después de ver el avance, se ha creado todo un
culto a estas misiones entre los fanáticos de las teorías
conspirativas. La última misión Apollo, la número 20, habría sido una
acción conjunta con la Unión Soviética, exclusivamente para que ambas
potencias pudieran estudiar esta nave. Esto es, por lo menos,
sospechoso. En esas épocas de recelos y de dedos nerviosos a punto de
apretar botones rojos, una colaboración para ir a la Luna suena muy
extraño. Mucho más si alguno pudiera traerse algo de tecnología
extraterrestre para ganarle la pulseada al otro. Otros rumores hablan de
que la película “Alien” tiene que ver con este descubrimiento y que fue
hecha para medir la reacción del público frente a una noticia
semejante. Los más afiebrados dicen que algo tan horrible sucedió con
las últimas misiones que la decisión fue nunca más volver a la Luna
(cosa que no es cierta, ya que el presidente Bush Jr. había dado luz
verde a un programa para hacerlo, luego cancelado por Obama por
cuestiones presupuestarias). La historia de la foto de la supuesta nave
me recuerda mucho a la famosa “cara de Marte”, cuyo misterio se acabó cuando le tomaron una foto con mejor resolución.
Yo no creo
en las conspiraciones, pero que las hay, las hay. Al menos la segunda
de ellas sirvió para que muchísimas personas se entrenaran en el uso del
Photoshop…
DC Blogger: Tomado en su totalidad de "El Mendolotudo"
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