Una recurrente actividad atribuida a la presencia de objetos pulsantes en la zona donde está enclavada la Central Nuclear de Atucha, a unos 100 kilómetros de la Capital Federal, conforma una serie de misteriosos fenómenos que evidencian lo que los investigadores definen como la presencia de anomalías severas con comportamiento inteligente.
Los datos y referencias obtenidas por un equipo de ufólogos argentinos dispuestos a desarrollar nuevos métodos de experimentación para acceder a más precisiones en torno a los misterios que allí se registran, revelan que la abundante casuística obtenida responde a manifestaciones bastante alejadas de los conceptos de la ovnilogía clásica.
Cristián Soldano, referente de Orbital Visión y uno de los investigadores que en marzo y abril pasado realizaron experiencias de campo en la zona cercana a la central nuclear, aseguró a que los testimonios que filmó y fotografió representan hechos “imposibles de determinar por ahora y que están muy lejos de las manifestaciones de la ovnilogía tradicional”.
Soldano sostuvo que la zona donde está situada la central nuclear, en una superficie que se extiende hasta la Ruta Panamericana y la desembocadura del río Areco, y que incluye a la localidad de Lima, se ha convertido “en un área de fenómenos continuos” en la cual los OVNI pulsantes o también conocidos como ufo flash, “tienen marcada presencia” en el cielo con sus recorridos luminosos.
La hiperactividad de los pulsos anómalos en la zona tiene, a criterio de Soldano, una razón si se quiere lógica. La central está cerca de Ibicuy, en Entre Ríos, donde aparecieron animales mutilados, y se emplaza en una zona boscosa, en la que hay eucaliptos, lagunas, vías férreas y tendido de líneas de alta tensión, que siempre han sido favorables para la presencia de OVNIs. De hecho la central, situada a 11 kilómetros de Lima, es la primera instalación nuclear en Argentina y en Latinoamérica destinada a la producción de energía eléctrica.
Pero para Soldano lo que registró en sus últimas dos búsquedas efectuadas en marzo y abril pasado en las inmediaciones de Atucha, abre un nuevo compás en el marco de la investigación de estos fenómenos.
“Por un lado existe una actividad no habitual de flashes anómalos pero por otro -y acá viene lo realmente impresionante- en el monitoreo que hicimos con láser sobre los objetos luminosos que detectamos, nos encontramos con que los objetos señalados reaccionaban a esa marcación”.
Respuesta inteligente
Desde esa comprobación, Soldano y otros investigadores integrados en la Red Ufo están por demás interesados en ahondar en torno al misterio que se esconde en esas respuestas que permiten referenciar la presencia detrás de la luminosidad de un comportamiento inteligente.
En rigor, la búsqueda de los integrantes de la red mencionada no es azarosa ya que para medir el alcance del fenómeno los ufólogos involucrados en este caso pusieron en práctica el denominado Sistema de Ufología Experimental.
Este método de investigación, explicó Soldano, está siendo desarrollado por el investigador de fenómenos OVNI Asdrúbal Acosta y consiste, dijo el referente de Orbital Visión, “en implementar diferentes líneas de estímulo” que buscan contacto con los “luci”, como también se denomina en la jerga ovnilógica a los ufo flash.
En realidad, el “menú” que ofrece el fenómeno incluye desde los flashes anómalos, bolas de apertura y objetos de gran magnitud que dan lugar a lo que Soldano define como “manifestaciones extraordinarias” que revelan, subrayó, “actividad recurrente localizada”.
Luces no identificadas
Acerca de esas respuestas evidentes, Soldano afirmó que la idea de Asdrúbal Acosta es que “un estímulo debidamente codificado genere una réplica, inclusive por imitación, de manifestaciones OVNI asociadas al fenómeno”, algo que como se ve ya empezó a producirse en la investigación realizada en Atucha.
Al profundizar en torno a las manifestaciones que se producen en la zona, muchas durante el día, Soldano aclaró que “no hay avistamientos confirmados pero sí -como quedó dicho- de luces no identificadas especialmente en el viejo camino que la central nuclear”.
El campo de estudio configura en la óptica de los investigadores “un área de fenómenos continuos o punto radial” que en ese caso se expresa “con una gran proyección de luces, en todo caso objetos con características anómalas, que se repiten de manera frecuente sobre un sector específico del cielo”.
Para acrecentar más el misterio vale tener en cuenta que esas apariciones secuenciales debidamente monitoreadas en las adyacencias de la central nuclear no son coincidentes con el paso previsto de satélites orbitales por la zona, ya sea en magnitud ni en trayectoria.
A efectos de estar seguros de que no hubiera confusiones, los investigadores controlaron con las listas del tráfico satelital para erradicar la suposición que los flashes que observaban eran producto de destellos de los satélites Iridium de comunicación.
“Pero en todo caso, el reflejo de un satélite orbitando daría una luz recta y no, como se puede apreciar con estos objetos, movimientos en forma de arco, en zigzag o de giros de 90 grados, acompañados en algunos casos con bolas luminosas”, destacó Soldano, todavía impresionado -pese a sus 12 años de experiencia en la ufología- por las respuestas que esas luces misteriosas, revelando conducta inteligente, dieron al contacto humano.
Fuente: Diario Popular
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